Nuestro blogg. Sus comentarios:

Vivir significa aprovechar todo cuanto te rodea, sentirse lleno de emociones, aprender, enseñar, recordar… Recordar momentos felices, momentos llenos de satisfacción. Mirar atrás y ver que te has convertido en quien querías ser. Mirar atrás y pensar que la vida te está tratando bien o, al menos, no peor de lo que te podría estar tratando.


Algunas cartas de amor que cada quien puede hacer suyas.

Tu eres el número:

Barullo lógico - sentimental.

Por un lado está el momento, el sentimiento, el contacto, su intelecto, las caricias, la pasión, la entrega, la intensidad, los besos, los abrazos eternos y apretados que lograrías escuchar latir su corazón al ritmo que el tuyo... el deseo atolondrado.
Las miradas de luz perpetuas, la simpatía, la amistad, la cálida compañía, el suspiro, la inspiración, el anhelo, las letras soñadas, las cartas dedicadas, el destinatario, los pensamientos, las citas, tener con quien beber café y pasar las tardes, las canciones dedicadas, las películas en compañía.
El afecto, la unión de dos mundos... un mundo, el compañerismo, los gustos compartidos, el apoyo, la necesidad de alguien, la comprensión, el aprendizaje alternado.
Los segundos,las horas, los días, la vida con alguien.



Por otro, está lo complicado, lo difícil, lo imposible, lo mutuo o lo unilateral, la pérdida de individualidad.
Lo triste, el compromiso, la responsabilidad, el "amor eterno".
La falsedad, la hipocresía, el aburrimiento, lo estable, el desprecio, la patanería, la soberbia, las ridículas citas, encuentros forzosamente programados y lo poco interesante que resulte ser.
El hastío, la invasión, la pérdida de libertad, el sometimiento, el machismo, el matriarcado.
Los pleitos, el maldito orgullo, el perdón, el perdón a medias, el resentimiento, el olvido, la omisión.
El trabajo, el salario, la profesión, la calidad de persona que sea, su ideología e idiosincrasia.
El matrimonio,la boda y su fiesta; los invitados aquellos 'testigos' de su unión, el dinero desperdiciado, lo voluble, la apariencia,la seguridad, "la persona correcta".
Las familias, el acuerdo, el nuevo hogar, los hijos, la paternidad y maternidad, el embarazo, el sufrimiento, los dolores, el arrepentimiento, el encuentro de una nueva especie de amor.
El cambio en la pareja, el reto, el amor que apenas les sobrevive, la infidelidad, el divorcio o distanciamiento que prácticamente es olvido.

¿Y aún me preguntan por qué? La respuesta es fácil.
He logrado enumerar las cosas a favor y en contra, lo que hace más difícil la decisión, el hallazgo y el amor. Todo desde mi perspectiva.
Es como una guerra en mi mente.
Cada que conozco a alguien y me interesa, la lista salta a mi cabeza y me impide avanzar.
Cada vez que pienso en poder tener una relación amorosa, mi mente automáticamente piensa en la realidad antes que en la idea disney sobre el príncipe azul y el "vivieron felices por siempre".

"Sólo el amor profundo puede traerme al matrimonio y que, por supuesto, trae algunos problemas con él..."




Autobús viajero.

Le lloro a mi soledad por ser tan dulce y tan amarga,
por ser cálida y oscura,
por ser arbitrariamente eterna,
por ser cruda, real, amoral, justa e injusta.

Amarga, dulce, amarga...

Le lloro a mi soledad porque no tengo a quien más llorarle,
porque se me agotan las posibilidades,
porque la causalidad se ha convertido en casualidad,
porque simplemente  quiero llorar, y mi soledad lo justifica, lo vale y lo amerita.

Le lloro a mi soledad para que vuelva,
que regrese a mi y  me inspire, me renueve,
que me refresque los lagrimales tan secos por mi existencia y su ausencia.

Te necesito soledad mía.

Me enamoré del frío que hallé como pretexto para abrazarte.

¿Por qué nos enamoramos más de la circunstancia que de la persona?
Es decir,  a veces anhelamos más que haga esto o aquello por nosotras que por enamorarnos de los defectos y virtudes de él. Vivimos creyendo que tiene que hacer circo, maroma y teatro para que nos podamos enamorar. Y no digo que no use sus trucos seductores o que no haga méritos para conquistarnos, me refiero a lo opuesto,  a que prefiramos "enamorarnos" de lo que haga.  O simplemente te enamoras de su postura social o económica, de su familia, de su empleo, de su mente, del momento, de la ilusión con que aborda tus sentidos,  pero no de su esencia. 

Tendemos a etiquetar la "clase" de chicos que nos gustan como un acto egocentrista y ambicioso.
Y cuando deje de hacerlo o serlo, el encanto acabará.
¿Será que el amor en el siglo XXI se volvió audaz y egoísta? ¿Será que el individuo ha olvidado el sentido de amar? ¿O seré yo, será mi perspectiva hablante, escrita, pensada, mil veces pensada, será esta terrible filofobia?