La excelencia absoluta de la composición perfecta en la que las cosas quedan para siempre fijas: El amor mutuo. Y con un movimiento, las cosas exploran siempre nuevas posibilidades; un movimiento que significa algo más que movilidad en el espacio: es un símbolo, o quizá la esencia misma del amor, de la vida.
Movernos cada uno a nuestro ritmo distinto, con nuestra propia velocidad y al final querernos.
(Anahí Domínguez)
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